El método coste por copia estaba destinado originariamente a las impresoras y fotocopiadoras de gran volumen, que sacaban una cantidad considerable de copias. Sin embargo, con el paso del tiempo, el mercado evolucionó, la gestión del servicio técnico avanzó y los precios se abarataron. Entre otros, estos tres factores han hecho posible que esta modalidad de mantenimiento se democratizara y se ampliara a otros campos de menor volumen de producción, teniendo opción a ella los equipos de impresión de todos los rangos.
Consiste en pagar un precio concreto por cada página que se imprime -ya sea en color o en B/N- y por cada página que se escanea. Conocer el coste de cada copia de antemano facilita el cálculo exacto del gasto en impresión. Debido a esto, sigue siendo la más demandada y apropiada para todas aquellas empresas y/o clientes particulares que imprimen una gran cantidad de páginas al mes.
Además, el método coste por copia incluye dentro del precio del contrato el servicio técnico, las piezas, la mano de obra, el desplazamiento y los combustibles -tóner, tambor, unidad de imagen, fusor…-. El cliente tan solo debe controlar el tiempo de gasto de los consumibles para pedirlos en cuanto prevea que los va a necesitar. Todo lo consumido se pagará al final, sin tener que adelantarlo.
Los equipos de impresión tienen la posibilidad de permitir su uso solamente a usuarios concretos, pues podrán activarlos mediante contraseñas o algún sistema de seguridad externo. Lo cual es una de las herramientas más eficientes a la hora de controlar el gasto en impresión.
Si crees que estás perdiendo dinero con el contrato de impresión que tienes actualmente y que te conviene pasarte al coste por copia, no lo dudes y cuéntanos tu caso.